¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?
Son demasiados interrogantes. Al menos para mi. La vida es aquello que se responde sin preguntar. Porque las mejores cosas son las que surgen de ese momento sin explicación. De la casualidad, o de la locura. Es esa chispa de la que luego no paran de salir preguntas. Que podrían contestarse con un simple : porque quise, fui yo. Son esas cosas las que luego guardas con más cariño, son los que te sorprenden, es todo aquello por lo que hubieses dicho que no en otro momento. Pero que agradeces dejarte llevar.
Entonces, ¿por qué no dejarse llevar?
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