Sí, cinco letras, mil historias.
Todos tenemos conciencia del miedo, todos lo padecemos, y hay muchos tipo, pero... ¿qué es realmente el miedo?
No es necesariamente algo malo, eso está claro. Tampoco bueno, en exceso. Es esa sensación que suele acompañar a la inseguridad, a lo desconocido. Siempre nos asusta lo nuevo, lo diferente, todo aquello que se sale de nuestros esquemas. Se nos encoje el estomago, es como la soledad, aunque se tiene menos miedo cuando no te sientes solo, es como que aunque tengas miedo, por apariencia o por la tranquilidad que te cede el otro, tienes menos miedo.
"Tengo miedo a perderte", tiene más importancia de la que te imaginas, pues ya eres algo de esa persona, pues eso lleva o bien costumbre, o bien algo más, pero lo que está claro es que no sería lo mismo si te fueras. Al igual que por amor, por miedo también se hacen locuras. De esas que cuando ese miedo desaparece, y te quitas esa venda inútil, te arrepientes.
Miedo, miedo, miedo.... al futuro, a las represalias, al fracaso. No todo siempre sale bien, o al menos como esperábamos, y por ese miedo, perdemos lo que de verdad nos importa, grandes oportunidades, un billete en clase VIP a una vida mejor. Pero, algo está claro: todos tenemos miedo. Incluso los más valientes tienen miedo, mismamente, a ser considerados cobardes. Los temerarios tienen miedo a la vida, por eso la desafían constantemente, para ver lo que es capaz de dar ella por respuesta. Los cuerdos, miedo a las locuras, al después. Los locos, a no serlo, a no aprovechar el momento, a no saber ser locos.
Tras todo esto, el miedo puede ser considerado como la cuerda que te oprime, o el empujoncito que necesitas. En cualquier caso, no es malo, pero si dejar que él domine la situación, y no tú.
Ahora dime, ¿a qué tienes miedo?